sábado, 8 de marzo de 2008

ANTE EL 8 DE MARZO

En la historia de la humanidad siempre hay un antes y un después. En la historia de España también hay un antes y un después en lo que se respecta a las mujeres.
Hay una gran diferencia entre la España oprimida por la dictadura y la actual España plural y democrática. Sin embargo, aunque los avances en políticas de igualdad no han sido lo rápidos que habríamos deseado, sí hemos de reconocer los conseguidos con la aprobación de distintas leyes como han sido la Ley de Igualdad, la Ley Integral contra la Violencia de Género y la Ley de Dependencia.
Aún así, no debemos bajar la guardia, la mujer española tiene un salario de un 28% menos que el hombre, ocupa sólo el 2,5% de los puestos directivos, 8 de cada 10 contratos temporales son de mujeres y el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad es la violencia machista, cuyas dramáticas consecuencias en España son superiores a las producidas por el terrorismo.
Si realmente nuestra sociedad cree en la igualdad entre hombres y mujeres deberíamos esforzarnos en desprendernos de la herencia cultural que hemos recibido y apostar por la Educación, el único camino posible para el cambio y el progreso social.
La asignatura de Educación para la Ciudadanía será una de las piezas clave para que desde la base se pongan los cimientos de una nueva ciudadanía cuyos pilares sean la igualdad y la convivencia.
La reflexión siempre es importante y por ello queremos recordar estas palabras de Simone de Beauvoir “incluso si los hombres no comprenden la situación de la mujer, hoy están obligados a pretender que la comprenden”.
El siglo XXI debería de ser un siglo más justo, donde las personas tengamos derechos porque formamos parte de la ciudadanía independientemente de nuestro sexo, origen, cultura, orientación sexual o nivel económico.
Los ciudadanos y ciudadanas progresistas, independientemente de nuestra adscripción política, tenemos la obligación de seguir luchando por los derechos de todas y cada una de las mujeres que integran nuestra sociedad.

Octubre 82.

(Octubre 82 es un grupo de opinión integrado por Francesc de Paula Seva, Manuel Giménez, Elena García, Marisol Moreno, Miguel Ángel Esteve, Juan Figuerez, Conchi Moril, Isabel Sellés y José Ángel Baeza).

sábado, 1 de marzo de 2008

RAJOY Y EL LOBITO BUENO

Las palabras pronunciadas por Rajoy este pasado día 9 en Alcalá de Henares con motivo de la presentación del programa electoral del PP han dado grandes titulares en los medios de comunicación. Decir que “Zapatero representa el socialismo de los millonarios mientras que él se identifica con la España real”, y en otras declaraciones “que el PP es el partido de los currantes”, debe ser motivo de reflexión. ¿Cómo es posible que un partido de izquierdas defiende a los “millonarios” y otro de derechas a los “currantes”?
Recordemos el poema “El mundo al revés” de José Agustín Goytisolo: “Erase una vez / un lobito bueno / al que maltrataban / todos los corderos”. ¿Podría tratarse de Rajoy? Sería posible; e incluso la continuación del poema: “Y había también / un príncipe malo / una bruja hermosa / y un pirata honrado” podría referirse a Gallardón, Esperanza Aguirre y Eduardo Zaplana o Acebes. Por imaginar que no quede.
¿Qué defiende Rajoy para ayudar tanto a los desfavorecidos? Muy sencillo: Bajar los impuestos, y concretamente los impuestos directos, es decir, los basados en el principio de que aportan más a las arcas estatales y autonómicas los que más ganan. Para ello promete reducir los tramos impositivos de la declaración de la renta proponiendo que aquellos que apenas ganan no contribuyan y los que gozan de grandes ingresos tributen mucho menos.
Ante esta promesa surgen nuevos interrogantes: ¿significa que el PP tiene previsto aumentar los impuestos indirectos para compensar la pérdida de ingresos, como subir el IVA del 16% al 19%?, o ¿asume que va a recaudar menos amenazando seriamente el Estado del Bienestar?
En nuestra Comunidad Valenciana, gobernada por el PP, encontramos algunas respuestas, y eso que no estamos en la teórica situación de disminución en la partida de sus ingresos. Pongamos un ejemplo: la Sanidad. Para compensar la desequilibrada factura sanitaria, originada fundamentalmente por una mala gestión autonómica, se ha gravado un canon valenciano en el consumo de los carburantes, gasolina y gasóleo, de forma que todos nosotros, independientemente de nuestras rentas, estamos obligados a pagar para, teóricamente, ayudar a financiar la Sanidad. O sea, que aquellos que precisan usar su vehículo con desplazamientos largos o continuos a su lugar de trabajo para poder llevar a su familia un sueldo mileurista están tributando por la vía indirecta mucho más que los “Pizarro” que desgravan los gastos de sus vehículos de sus beneficios empresariales. Lo curioso es que además de estas aportaciones actualmente el Gobierno Valenciano obtiene para lo mismo otras sustanciosas cantidades complementarias del Gobierno de España, (sí, ese de Zapatero).
¿Cómo es el servicio sanitario que recibe a cambio la ciudadanía valenciana? Si consultamos los distintos índices e informes de Salud que comparan objetivamente las prestaciones sanitarias en las diferentes Comunidades Autónomas constatamos que estamos a la cola en casi todos los indicadores oficiales. Envidiamos no sólo la Sanidad prestada por Comunidades “ricas” como Cataluña, Navarra o País Vasco, sino también las de otras con muchísimos menos recursos económicos como Extremadura. Eso sí, estamos a la cabeza en gasto farmacéutico y, ahora, en privatizaciones, con dinero público, de los Servicios Sanitarios.
Los servicios propios del Estado del Bienestar son derechos que hemos alcanzado en la democracia, principalmente con los gobiernos socialistas, basados en la redistribución de la riqueza. Sanidad, Educación, pensiones y Ley de dependencia, son conquistas que benefician a todos los ciudadanos y ciudadanas, independientemente de si tienen dinero o no para pagarlo. Los partidos políticos deberían esforzarse en proponer medidas serias para aumentar la cantidad y la calidad de estos servicios, sobre todo a los más desfavorecidos, y no ir por la senda reduccionista de los ingresos del Estado que finalizará en que sólo tendrán derecho a ellos los que dispongan de dinero para costeárselos.
Volviendo al poema de Goytisolo: “Todas estas cosas / había una vez / cuando yo soñaba / un mundo al revés”. Y colorín, colorado… ¡cuidado!, que Rajoy no ha acabado…
Octubre 82 es un grupo de opinión integrado por Francesc de Paula Seva, Manuel Giménez, Elena García, Marisol Moreno, Miguel Ángel Esteve, Juan Figuerez, Conchi Moril, Isabel Sellés y José Ángel Baeza.